miércoles, 4 de septiembre de 2013

ENSAYO

El papel de la moda no significo únicamente un cambio en las ideas respecto al género. Ese fue solo el primer paso que dio esa industria buscando abrirle camino a uno de sus papeles fundamentales durante el proceso del bicentenario y los cambios que este contrajo: acabar con las dependencias del modelo monárquico español, derrotar los conceptos establecidos en las costumbres durante años en el pueblo, con el ánimo de mostrar que se había superado esa era; así fuera para crear una nueva dependencia hacia los modelos de otro país europeo. Cuando llegan las guerras de independencia y se consolida la libertad, lo primero que hicieron los criollos fue prohibir todo el vestuario que recordara al antiguo régimen, a la monarquía española, Los esfuerzos colombianos se concentraron en adoptar nuevos patrones de comportamiento, fue entonces cuando se seleccionaron modas que venían de Francia y el comercio se encaminó a buscar nuevas relaciones comerciales, logrando establecer contactos con Inglaterra y Francia.

Luego de la independencia, se comenzó a tener diferentes preocupaciones por el vestido y por la clase social se encontró cierta tensión entre el mundo rural y el mundo urbano, que se percibe en los alimentos, la forma de vida, los vestidos. Las ciudades empezaron a crecer y el ideal de progreso estaba en las mentes de los más poderosos, un progreso que está enfocado en los modelos de vida extranjeros y no en los locales, Los más pobres siempre estaban descalzos, no compraban a lo largo de su vida; los poderosos importaban todo su vestuario desde otros lugares. Los poderosos usaban encajes, paño extranjero, paño inglés. Los más humildes solo se vestían bien en semana santa, los ricos lo hacían todas las semanas, el vestido mostraba la clase social, la realidad del pueblo, los personajes eran definidos por la moda. La mujer que trabajaba estaba siempre bien vestida, la casada estaba sutil y la que no tenía esposo ni trabaja sencilla, casi inadvertida.

En la época de la Independencia, la ropa era sinónimo de estatus y clase social

Aunque las mujeres y los hombres de la clase alta vestían con una elegancia y una riqueza que no se ve hoy en las pasarelas, la moda no era exactamente el asunto más importante en la sociedad de 1810.

El modo de vestir de hombres y mujeres de la época estaba marcado en las élites por la herencia española, la alta costura que hacía escuela en Europa.
Sus vestidos y tocados era importados pues tenían preferencia por las mercancías provenientes de España, usaban mantillas de color azul o negro, faldas de bayeta, peinetones para el cabello, enaguas, pendientes de oro, collares y sombreros de fieltro. Cuando iban a tierra caliente, lucían blusas con flores bordadas adornadas con encajes, medias de algodón y zapatos de cordobán. Entre tanto los hombres de la vestían de sombrero de copa, frac, chaleco, calzón tipo torero a la rodilla y apretado y botas de caballería, que remplazaban por medias de seda y zapatillas con hebilla cuando tenían una ocasión de gala.

La opulencia de la clase alta -criolla y española- y la sencillez de los campesinos se mantuvieron como una constante durante ese siglo, con pequeños, pero muy significativos cambios. Entre 1820 y las damas ricas criollas ya no querían parecerse a las españolas y optaron por el estilo inglés y francés, que recién les empezaba a llegar por la amistad entre Colombia y esos países entonces, ancharon sus faldas, marcaron sus cinturas y empezaron a usar blusas con mangas tipo globo. Apareció el 'levantacolas' (especie de armazón que llevaban debajo del vestido) y hacia 1850 regresó el corsé que se mantuvo hasta alrededor de 1910 cuando Paul Poiret lo jubiló. En los hombres el único cambio importante durante el siglo fue la llegada del pantalón largo (en 1820).






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